LOS DEBATES DE LA TRIBU.
¿Son necesarios los deberes escolares?
¿Para qué sirven los deberes?
INTRODUCCIÓN
La Asociación Cultural “La Tribu Educa” ha iniciado una serie de debates
alrededor de un tema de interés general y que está de plena actualidad tanto
en los centros escolares como en los distintos espacios educativos y
sociales. El objetivo último de estos debates es contribuir a que la
controversia y los planteamientos divergentes sobre asuntos complejos
tengan un escenario adecuado donde la libertad de expresión, las
argumentaciones, el respeto al otro y la relación dialógica sean los ejes de su
funcionamiento.
La utilidad de estos debates trasciende al desarrollo de ellos mismos
puesto que un resumen de las ideas más relevantes será elevado a los
diferentes medios de comunicación, entidades, organizaciones e
instituciones que pudieran estar interesadas en el tema objeto de discusión a
los efectos que procedan.
El procedimiento de elaboración del presente documento ha seguido los
pasos anunciados con antelación al inicio del debate. El primer borrador, en
donde se recogía lo más relevante del debate por parte de la mesa redonda
conformada por profesorado, familias, alumnado de Educación Primaria y
Secundaria, pública y concertada, inspección educativa y orientación escolar,
fue en su momento remitido a todos los intervinientes. Estos habían sido
invitados a opinar motivadamente sobre el contenido del citado borrador. Las
matizaciones y propuestas realizadas se han incorporado al texto primitivo.
Así pues, como conclusiones finales derivadas del debate establecido en
la mesa redonda celebrada sobre Las tareas escolares se elabora el
presente
DOCUMENTO
1.- El tema de los deberes escolares es polémico en España y en otros
países y sobre él no hay acuerdo de sus ventajas e inconvenientes. A esto se
le une la ausencia de un diagnóstico preciso y comúnmente reconocido y
compartido sobre el impacto y repercusión que el exceso o carencia de los
denominados deberes escolares tiene en los resultados académicos y en la
formación integral del alumnado.
La consideración social de las denominadas tareas o deberes comporta
una significación negativa. Sin embargo, parece razonable afirmar que
cuanto más y de mayor calidad sea el tiempo de exposición al aprendizaje
formal e informal por parte de los estudiantes y de las personas, en general,
será más efectiva su formación integral. También parece lógico afirmar que
es difícil entender y menos aún defender la encomienda de un tipo de
actividades a realizar en casa que no han sido resueltas satisfactoriamente
por el alumnado en el aula con ayuda del profesor o profesora. Igualmente
conviene recordar que la repetición múltiple y continuada por sí misma no
lleva al aprendizaje significativo.
La polémica exacerbada que en algunos casos enfrenta a los diferentes
componentes de la comunidad educativa invita a pensar que algo no va bien.
Las visiones y actitudes beligerantes no resueltas sobre este tema entre
familias, profesorado y alumnado, ante la relativa pasividad de la
Administración Educativa, no auguran nada bueno, máxime cuando es
sabido que los resultados educativos de un alumno crecen exponencialmente
cuando cuentan con la concurrencia activa y colaboradora de la familia y el
conjunto del profesorado.
2.- Existen una serie de juicios que resumen las opiniones vertidas
respecto al sentido, realización y para qué sirven en realidad y en este
momento los denominados deberes escolares:
a) Los deberes crean desigualdades, ya que depende de que la familia
tenga o no determinadas condiciones culturales, físicas, económicas, etc.
para poder realizarlos satisfactoriamente.
b) La mayoría de las veces las tareas escolares no están
conceptualizadas, diseñadas y planificadas por el centro escolar. Más bien
dependen del arbitrio de cada profesor a la hora de establecer la cantidad,
tipología y sentido de los deberes. En algunas ocasiones, incluso, se utilizan
como castigo.
c) En muchos casos, las tareas son repetitivas y poco motivadoras. Se
dedica demasiado tiempo en realizarlas y con frecuencia afectan a la
convivencia familiar, originando estrés y frustración en los estudiantes y sus
familias.
d) Los deberes escolares son casi imprescindibles para poder fijar los
conocimientos abordados en el aula, sobre todo en Educación Secundaria.
Estos conocimientos se asientan con el esfuerzo personal e individual que se
lleva a cabo en casa y las materias así tratadas quedan mejor afianzadas y
más aseguradas.
e) Las tareas suponen un tiempo de convivencia familiar gratificante. Es
una oportunidad para que los distintos miembros de la familia se relacionen
compartiendo espacio y saberes. Incluso posibilitan crear prácticas de
entendimiento novedosas y ajenas a las habituales de ocio u obligaciones
dentro del hogar.
f) Los deberes en casa generan hábitos de responsabilidad, de
autonomía y de organización en el alumnado ya que se enfrenta solo a su
compromiso con el estudio. Esto le ayuda a su madurez personal y a su
desarrollo en competencias y habilidades.
3.- Es opinión compartida sobre cómo abordar el tema de las tareas:
a) Se considera que la cuestión fundamental no está en tareas sí o
tareas no, sino que la raíz del asunto radica en el qué, el cómo, en el para
qué y los efectos que se derivan de estas actividades extraescolares.
b) La canalización de este problema pasa necesariamente por una
eficaz coordinación entre el centro, la familia y, en su caso, de los propios
alumnos. De todos modos, las tareas deben ser compatibles con el ocio y la
vida familiar de los escolares.
c) Igualmente, la Administración Educativa ha de implicarse
decididamente en esta materia y, en consecuencia, debe dar unas pautas
generales, precisas y de obligado cumplimiento, para que los consejos
escolares de los centros educativos incluyan en sus documentos básicos,
entre otros aspectos, lo que entienden por deberes escolares (a lo mejor
habría que repensar su nomenclatura) y su finalidad educativa; la tipología
de estas actividades y su razón de ser (teóricas/prácticas,
curriculares/competencias básicas, repetitivas/novedosas, de estudio/de
investigación...); cómo se tendrían que llevar a cabo (individualmente, en
equipo, con ayuda y colaboración, por ejemplo, de la familia...); tiempo de
realización (¿podría servir la citada por el profesor Fernández Anguita?) y la
funcionalidad de su realización; las normas de aplicación en los distintos
ciclos y materias curriculares; procedimiento de coordinación entre el
profesorado y de este a su vez con las familias; sistema de corrección por
parte del profesorado y su repercusión en la evaluación del alumnado (la
imposibilidad de conocer con seguridad si son realmente los alumnos los
autores de las tareas encomendadas debería aconsejar que su corrección no
tuviese reflejo directo en la evaluación de la asignatura correspondiente, es
decir, que no supusiera un porcentaje de la nota final), así como indicadores
de seguimiento incluidos en plan de evaluación interna del centro.
Teniendo en cuenta sus competencias, la inspección educativa, los
profesionales de la orientación y otros agentes sociales podrían colaborar
con los centros en la consecución de estos objetivos educativos.
d) En ausencia de esta normativa, se estima que cada consejo escolar
debería tomar la iniciativa para que desde su realidad educativa quedase
explicitado el tema de los deberes escolares en los términos que se han
indicado anteriormente. Una vez establecido el enfoque y los procedimientos
de funcionamiento que se consideren convenientes para la formación integral
del alumnado del centro, este las divulgaría para su conocimiento al conjunto
de las familias.
e) Por quien corresponda (administración, centros, ampas, entidades...)
se deberían establecer programas de estudio en los centros con ampliación
de horario que faciliten la resolución exitosa de las tareas por parte de los
alumnos, en general, y de aquellos con mayores dificultades, en particular.
Como dinamizadora y moderadora de este debate, la asociación cultural
La Tribu Educa confía que estas conclusiones puedan aportar algunas ideas
e iniciativas que ayuden a canalizar este tema que tiene, entre otros peligros,
el de camuflar los problemas reales de la educación en este momento.
En Córdoba, a 15 de abril del dos mil dieciséis.
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