CARTA ILUSTRADA
A la memoria de Araceli Carrillo
Hasta
siempre, amiga del alma, compañera, delegada...
Algo ha cambiado desde este
19 de enero, y sé que nada volverá a ser lo mismo. Tarde fría, destemplada, no
podía ser de otra manera; te habías ido, y contigo se fue mi faro y parte de mi
vida.
Gracias, Araceli, por dame
la oportunidad de compartir cada momento en el cual me enseñaste lo valiosa que
es la vida, a luchar sin descanso por una sociedad mejor y más justa, a caer y
levantarte para seguir luchando.
Tú tenías muchas visiones y
aspiraciones para nuestra escuela, para sacarnos adelante y es por esta razón
por la que hoy tu "escuela" ("tus artistas", como te
gustaba llamarnos) es una realidad, gracias al esfuerzo y lucha que tú realizaste.
A lo largo de nuestra vida, ésta nos regala la presencia de un ser irrepetible
al que tuve la suerte de conocer. Una persona que con su sola presencia
irradiaba fuerza y lucha, por la que todo aquel que estaba a tu lado se sentía
dichoso.
Se me hace difícil
despedirte. Aún creo que va a sonar el teléfono y escuchar tu voz llena de
fuerza e ilusión por todo lo que hacías y en lo que creías. Para mí y para tu
"escuela" será difícil que te podamos olvidar. Eras una más de
nosotros, porque tu compromiso personal y profesional con nuestro centro fue
siempre tan especial, que nos lleva a entender tu figura como verdadera seña de
identidad de nuestra institución.
Estamos seguros de que el
tiempo así lo constatará, pero no por ello dejamos de sentirnos obligados a
manifestar, desde nuestro más profundo dolor, que la deuda de gratitud que
tendremos siempre contigo será difícil de saldar, salvo con el compromiso en la
vocación docente, de la que siempre fuiste un referente.
En el futuro llevemos
nuestro centro, junto con tu memoria, al lugar que merecen:
Al corazón y al alma común
que como compañeros docentes compartimos, ese mismo que tú nos diste, al
enseñarnos a soñar con nuestro propio destino, demostrando que el compromiso
humano, del que siempre hiciste gala, es el motor verdadero del cambio social
desde nuestro sistema educativo
No te decimos adiós sino
hasta luego, y aunque queda un espacio vacío que nadie puede llenar en nuestros
corazones, nadie te podrá olvidar porque es ahí donde vivirás por siempre.
Manuel Marín Lama
Escuela de Arte Dionisio Ortiz
Era mi amiga...
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